sábado, 2 de septiembre de 2017

La radio colombiana sigue superando obstáculos



La radio convencional en los tiempos de hoy acaparada en gran medida por la internet y todas las formas de comunicación que son cobijados por esta tecnología sigue siendo escuchada y sigue siendo masiva como la misma televisión, ese poder de convocatoria aún podemos decir que existe y se puede prevalecer por más tiempo.

Las principales cadenas radiales siguen experimentando formatos juveniles, independientemente de la buena o mala influencia que esto produce, productores, directores, locutores, etc siguen buscando la forma más acertada para hacer más atractivo un producto radial, es decir, que haya un público potencial para la radio, si bien ha tenido que depender de la capacidad de interacción de las redes sociales siempre está la radio como un medio de comunicación central y muy potencial, no solo para escuchar temas hablados interesantes o escuchar buena música, sino también como un medio que sigue siendo efectivo para premiar a su audiencia fiel ¡que sigue habiendo! Para invitaciones a X concierto o X foro o X premio, medios como el Whatsapp, medio del cual mucha gente depende para no sentirse solos, es un medio que también le ha ayudado a la radio para una plena comunicación con el oyente, no tan directa, pero si efectiva, y quizá más organizada, eso es algo que hay que agradecer pues era normal para los locutores en tiempos anteriores utilizar un tiempo fuera del aire para grabar llamadas de oyentes pidiendo música a través de un magnetófono para pasar dicha grabación en el momento en el que se haga el cambio a la canción para que sea supuestamente en vivo, o simplemente el oyente pedía la canción pero tenía que esperar un largo tiempo hasta que el locutor busque la canción y vuelva a pedirle al oyente que le diga la canción que quiere escuchar aunque el locutor ya sabe y ya encontró el ‘track’ solicitado para simular esa inmediatez, esto era en su momento considerado como un truco importante de lo que hemos llamado “la magia de la radio”, ejemplo de esto lo pueden ver en estos videos, hay emisoras pequeñas que aun intentan esta labor de conexión con el oyente, y bien por lo que lo siguen haciendo para hacer prevalecer esa magia, aunque el WhatsApp le ha hecho un gran favor al locutor diario en la radio y es válido usarlo para ese fin.






Y ni hablar de las emisoras AM fuera de Bogotá, me siento contento que existen emisoras que son del pueblo y para el pueblo, afortunadamente por esa falta de inversión para la radio en un departamento como Boyacá, donde me encuentro yo, así como en otros lugares alejados de la capital es que no hemos tenido que lidiar con ‘fantochadas’ religiosas o los miles de absurdos de ‘brujos de 3 pesos’ en nuestra amplitud modulada y encontramos emisoras que tienen una identidad clara, música y programación útil para el campesino, el mecánico, el pensionado o en su defecto el que está en una cantina consumiendo licor pero que de todos modos van a la fija con programación ceñida a la idiosincrasia del pueblo colombiano, el madrugador y trasnochador que solo quiere una compañía ideal en la radio y que no necesariamente entiende la diferencia entre la FM o la AM, solo entiende el hecho de que al encontrar algo llamativo en la radio y con buena potencia ahí se queda. A parte noto que hay mucha presencia interactiva con el oyente y de la forma más clásica: una llamada en vivo pidiendo una sola canción y si el oyente lo desea puede saludar a su familia. Un método sencillo y práctico de comunicación que al nivel de una emisora con tal propósito es suficiente e ideal, si optan por WhatsApp puede estar bien, pero daña la esencia de lo que pretenden. Les puedo dar dos ejemplos claros del tipo de radios de las que hablo: Armonías Boyacenses 950 AM emisora ubicada en Tunja con una importante potencia que llega a Sogamoso, Duitama, Paipa, y municipios aledaños de la capital boyacense, la programación es netamente musical, pero hay espacios de pauta local en donde hay poca intervención de las marcas grandes, -ni siquiera se escuchan esas fastidiosas cuñas de Iván Botero Gómez-. Son emisoras sencillas, así como el público que la oye, que creo que es mucho. Se puede escuchar su audio en vivo (lo que antes le llamaban “Real Audio”) aquí en internet, la señal fluctúa en ocasiones, pero está bien, la pueden escuchar aquí.

Otro ejemplo es Radio La Paz, emisora proveniente de Paipa en el dial 710 AM con cobertura en la región central de Boyacá es una alternativa de la radio comercial, pese a que es afiliada a Caracol Radio, ofrece espacios de servicio social, denuncia y lógicamente pauta local.

No es que sean las emisoras que yo escuche todo el tiempo, pero sí que da placer sentir esa cercanía con el oyente y la distancia que se hace notoria por las leves dificultades de su recepción, siento respeto por las personas que laboran en esta clase de radios y sin duda esto es lo que hace pensar en un futuro con la radio convencional y si miramos más allá hay muchas estaciones de este tipo repartidas por todo el país que al menos sirven como salida a las radios grandes con información política sesgada y una que otra basura hablada que no vale la pena escuchar o las emisoras FM que creen que por seguir la tendencia lo han logrado todo, a veces la tendencia cansa y la radio necesita refrescarse con otra clase de contenidos tanto musicales o hablados para hacerla más dinámica.

Los Podcast y los Streaming

Por otro lado la internet nos ha traído los podcast, pero los podcast colombianos en sí, con las herramientas que uno dispone, un micrófono de 15mil pesos conectada a una cuenta de Skype y una consola virtual como la que ofrecen servicios como spreaker.com, o listen2myradio.com que son también radios virtuales, o para los que quieren hacer pregrabados con una cuenta de Mixcloud o los que pagan cuenta pro o premium para una cuenta de SoundCloud, considero que no es para la radio una competencia sólida, por la misma calidad, por la extensa cantidad de gente que no logran hacer un podcast entretenido y porque los que tienen experiencia en radios reales no logran tener un impacto real entre la gente, solo tener tendencia que es algo que a fin de cuentas no sirve de nada porque ello no garantiza continuidad, y la puntualidad y/o disciplina por parte del que quiera tener una radio virtual y por el simple hecho de que la internet no es aún un medio totalmente masivo y no llega a la población colombiana como sí lo hace la radio que llega gratuita y con elementos muy básicos para recibirla.

Un elemento importante que nunca va a tener la internet es el impacto que produce escuchar una canción favorita en la radio, saber que involuntariamente sin haber solicitado la canción y que esa canción sea seleccionada entre miles por el dj que está en vivo, es algo que no se compara a escucharla un millón de veces a la hora que desee en Spotify, Deezer, YouTube, etc…además en internet existen métodos mucho mejores para escuchar y descargar música gratis y de mayor calidad que la ofrecida en streaming, es a la final algo tonto pagar por escuchar una canción favorita.

Hay que aprovechar la capacidad de la brecha digital empleándola para el desarrollo de los medios tradicionales de la cual nuestras generaciones, incluso –¿por qué no? -  la de los milenials también acompañan, la radio si se mira de fondo sigue generando ingreso y pese a que las grandes cadenas siguen teniendo problemas de distinta índole por las desacertadas conducciones que ha habido en los últimos años en cada una de sus empresas y por la galería de personajes que se ciñen en lo aprendido en X profesión o por el mismo vinculo político, hacen reconsiderar a un medio de comunicación como la radio de otra manera, donde hay que buscar verdaderos talentos en gente nueva que aprenda con mucha disposición de la experiencia de aquellos que engrandecieron la radio con el esfuerzo que implicó hacerla, de una manera directa y manual, la radio de verdad, y de los que desde la distancia la construyen para unir comunidades en la resolución de sus problemáticas o simplemente para satisfacer sus gustos musicales sin ligarse en reconocimientos efímeros ni creando sensacionalismo en el público para ganar audiencia, simplemente tener la radio como un gusto, como algo que sabe hacer y que se puede hacer bien bajo un único interés, el del oyente, que cada vez es más exigente.