Hace 30 años, en el año de 1992, debido a unas condiciones climáticas, las cuales denominamos en Colombia, el “Fenómeno del Niño”, las cuales son una serie de climas adversos de manera frecuente y fuerte, como sequías, y en ocasiones lluvias bastante fuertes, que suelen provocar inundaciones generó en esa época una crisis energética debido a que no había suficiente suministro de agua ya que todas las plantas en el país eran hidroeléctricas, sumado a esto, las malas decisiones gubernamentales, un manejo regular por parte del estado y por parte de empresas privadas poco preocupadas por la calidad del servicio, llevó a constantes apagones en muchos lugares de Colombia, largas horas sin servicio eléctrico y además de la propuesta que se hizo efectiva de adelantar una hora a los relojes, la hora Gaviria. No existía para la gente un entretenedor diferente a la radio, y para ser precisos la radio a pilas, los llamados radios de transistores, para dar compañía a muchos oyentes que no querían estar en silencio en medio de la oscuridad, la audiencia en radio creció notoriamente.
A Caracol Radio, en aquella época, como empresa del grupo Santo Domingo, colombiana, presidida por Ricardo Alarcón, de discutibles actuaciones en tiempos recientes, junto con Hernán Peláez tuvo la idea de traer un programa largo, que fuera un contenedor para ofrecer noticias, música y humor. Este programa aparecería precisamente en la cadena básica, que como bien sabemos es una emisora de corte noticioso, muy poco de música. Como antecedente en épocas de Yamit existía un programa semanal de resumen de noticias con imitadores.
El programa
tuvo vía libre y fue Hernán Peláez una persona fundamental en su gestión. Era
un resumen noticioso con notas de humor y de música para acompañar esas 5 horas
de programa. Era la primera vez (creería yo) que el doctor Peláez asume algo
que no fuera de corte deportivo. Y el nombre de La Luciérnaga responde perfectamente
a ese motivo de coyuntura por la cual nació.
El programa
iba a ser algo temporal, se pretendía que durara unos meses, pero, fue tan
buena esa genialidad que siguió teniendo bastante continuidad, ya que no había nada
de su tipo en la radio, se ha tratado de imitar en otras cadenas radiales sin éxito,
el programa ya es tradición, diría que
no tanto como antes producto a la forma como ha cambiado, pero el programa sigue
y tiene bastante reconocimiento en el país.
Entendiendo el contexto de este programa, quiero relatarles cosas buenas y cosas malas que he escuchado en los últimos años en este programa. Cosas que sería bueno revisar para que el programa mejore y quizá pueda atraer a las audiencias de estos tiempos.
COSAS BUENAS
1) Una buena producción: Hacer el programa no es tarea fácil por la gran cantidad de personas fuera y dentro de micrófonos que trabajan en él, esta es quizá una de las cosas más difíciles a la hora de crear un programa de radio, organizar audios, música, voces, comerciales (cuñas), de tal manera que el programa fluya sin perder la dinámica que trae. Mérito de los que han dirigido el programa.
2) Imparcialidad: hasta cierto momento: Cosa que caracterizaba a Hernán Peláez era que no mostraba sesgos, y en su panel se contrasta bien la información, siempre basada en los hechos para poder ser analizada, y hasta criticada con un humor bien manejado. Hasta comentaba Peláez que era constante que se le criticara desde todas las corrientes políticas, pero a él le daba igual.
3) Selección Musical: En la época del Dr. Peláez se escuchaba la que él denominaba “la muertoteca” usando un archivo discográfico que él mismo poseía, con música de cantantes que pasaron a otra vida. Esta “muertoteca” según comenta él, se va agrandando a medida que se van muriendo los intérpretes. Vicente Fernández ya debe estar en esa colección. En tiempos actuales Gabriel De las Casas en varias ocasiones arranca con música anglo de la generación de él, aunque ahora la música es mas variada pero no tendenciosa sino mas bien con lo exitoso.
4) Consolidaron un horario difícil: El programa de la luciérnaga está diseñado de forma especial para quienes la escuchan en el carro, o en situaciones complejas, el horario de 4 a 7, es pesado para la rutina del colombiano, hay cansancio, hay estrés, y también personas que están en difícil condición, (presas, enfermas, secuestradas). Ese es realmente el servicio de la radio, para eso fue este invento, para que la información y la música llegue a quien la necesita y el oyente busque una manera más fácil de pasar ese momento difícil. En una emisora para esas horas se podía ir por algo fácil y es poner música, pero la gente también necesita otras cosas para escuchar, no todo es música, ese ha sido uno de los aciertos del programa, el de ser un contenedor que tenga esa variedad, y me place que en ese sentido se mantenga la dinámica.
Como no hay nada perfecto, es el momento de referir las cosas malas,
aspectos a mejorar en el programa.
1) Humor caducado – nula renovación de humoristas: Una de las cosas malas de La Luciérnaga no está en el programa como tal, sino mas bien con algo que se llama Sábados Felices, Don Jediondo – Risa Loca – Alerta - Polilla, son humoristas si, con reconocimiento y demás, esto gracias a Sábados Felices que ayudó a forjar el talento que ellos tienen, pero sucede que conforme pasa el tiempo los oyentes cambian y los motivos que nos hacen reír también. Hace 30 años, sin redes sociales ni internet, solo la televisión y la radio, era común que la gente se riera del humor de sábados felices porque era la única ventana de humoristas que había, (si acaso No Me Lo Cambie, programa de televisión que apareció por aquella época era otra opción, eran más cámaras escondidas que humor), ahora tenemos redes sociales, influencers, memes, tweets divertidos, videos, etc. Hay bastante material y personas que entienden mejor esos conceptos, no estoy diciendo que corran a llamar influencers, porque también son malísimos, sino que le apuesten a humoristas nuevos, menos recalcitrantes y a un humor más inteligente y crítico. Chistes de bolsillo, huesos, no más.
En lo personal, en la época del Dr. Peláez, habían dos cosas que me hacían más gracia: La reacción del Dr Peláez ante los chistes bobos de cualquiera de esos humoristas y las interpretaciones “super afinadas” de Gabriel de las Casas, hasta los mismos oyentes se lo hacían saber. Eso de poner a cantar a De las Casas fue inteligente, hacen falta esas gracias, en vez de humor rápido y por salir del paso.
2) Las imitaciones deberían cambiar o si no acabarse: Puede sonar impopular, pero esta también es una forma de hacer humor que ya no va con los tiempos de hoy, es super trillado esa solución para traer humor, incluso en RCN lo hacen peor, incluso perfilando y “creándoles personalidades” para acomodarlos a la línea editorial, por ejemplo, pasa mucho cuando imitan a Gustavo Petro. La verdad, en lo personal me reiría más de una imitación mal hecha pero inteligente, que la de alguien que busque perfeccionar el personaje, sin embargo, creo que hay mejores imitadores en Vox Populi de Blu Radio, a pesar de que el programa es muy malo. Cabe destacar que al menos en algún momento Vox Populi llevo a crearles dibujitos a esos personajes que imitaban en el programa de radio, como una serie animada, me pareció buena, aunque recalco que el programa de Vox Populi si sea “maluquito”.
El caso es que todos los programas (Luciérnaga,
Tren y Vox Populi) están metidos en el tema de imitar personajes de la vida pública,
y nadie quiere marcar la diferencia en eso en radio, puede que eso sea algo tradicional,
pero es poco el humor que aporta, no me hace reír eso. Punto aparte para Alexandra
Montoya, en su momento fue meritoria su presencia por ser la única dama del
programa, un aire fresco, pero ahora puede haber 3 voces femeninas en el programa,
aunque Alexandra también imita, se me hacen predecibles sus personajes: “La
Patojita”, “Salud Hernández”, “Claudia López” y “Paola Turbay – Natalia Paris”.
Es talentosa y es importante en la historia del programa, pero hay mucho que
cambiar e innovar, no nos gustaría que se fuera, sino que su aporte sea más significativo.
3) La pauta comercial: El programa de la Luciérnaga se supone es de 3 horas, pero realmente horas activas en el programa son aproximadamente 2 horas u hora y media. Esto tampoco pasa en si por los integrantes del programa ni de Caracol como tal, sino que es responsabilidad de GLP que de por si en todas las emisoras de Caracol gestionen muy mal la pauta publicitaria. Como novedad este grupo es español directamente vinculado con Prisa, que durante sus años en Colombia no han conocido las dinámicas de la radio colombiana.
4) Momentos de censura en el programa: Se entiende que Caracol Radio y sus directivas manejan una responsabilidad editorial, eso viene desde siempre, hace muchos años pasó con Edgar Artunduaga, periodista perteneciente al panel de opinadores de la Luciérnaga, por diferencias con el gobierno de aquella época, si no estoy mal, tuvo que abandonar el programa, haciendo que Hernán Peláez también lo hiciera. Fue una de las primeras crisis del programa, pero en ese momento se supo manejar y el Dr. Peláez fue respetuoso y defendía la opinión de sus contertulios que no siempre eran de la línea editorial de la empresa, y lo hacía porque es lo que un periodista debería hacer. También pasó recientemente con Gustavo Alvarez Gardeazabal quien abandonó el programa una vez Hernán Peláez terminó su ciclo en 2015, fue extraño que nunca hubiera una explicación para el caso de Gardeazabal, quien fue también muy de contrapoder, muy crítico y con opiniones que ponían a pensar al oyente porque trataba sin miedo las cosas de corrupción que sucedían en el país, en el programa que se supone es de humor. Llega Gustavo Gómez a la dirección del programa y trae a gente más conservadora, Paulo Laserna, Darcy Quinn quienes no pueden ejercer nada del periodismo crítico que se necesitaba, De las Casas maneja mejor el aspecto de los panelistas, pero se ha reducido el sentido crítico, y sin eso, viene a ser difícil hacer humor bueno.
Sin embargo, mi deseo es para que el programa
continúe y sean muchos años los que cumplan, pues ya es uno de los pocos programas
de radio que se quedan en la memoria y el corazón de los oyentes, que han sido
fieles y han sostenido una idea que llegó en el momento mas acertado y que ha
llegado con el objeto de hacer la radio más cercana y agradable.
Mis mejores deseos a Caracol y a quienes han
hecho parte del programa durante estos 30 años.
@cyplazas
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